lunes, 23 de mayo de 2016

EXCESO DE POBLACIÓN




En una plaza, una algarabía de gente dispar se congrega.

Es dicha plaza un escenario desigual para tan desigual elenco de actores.

Por algunos lados parece un bosque enmarañado, un laberinto salvaje y verde, una vital confusión de ramas, de hojas y de flores de mil colores, mientras que por otros asemeja a esas idílicas y conservadoras plazas, con el césped siempre impoluto y recién cortado, y una hilera de domesticados árboles, todos equidistantes, todos iguales, y un banco debajo de cada árbol, y una papelera al lado de cada banco. Aquí puede verse una estatua de estilo tan clásico que podría ser el original de un templo de la Grecia de Pericles, y más allá puede verse una marquesina que se parece tan poco a la imagen que tenemos de lo que debería ser una marquesina que tan sólo se puede catalogar como de estilo vanguardista-modernista-retro-punk-post-apocalíptico. Vista desde un lado, parece un círculo perfecto de perfectas proporciones, pero, desde el lado contrario, se asemeja a un extraño poliedro de infinitas caras. Desde un punto de vista, parece una superficie llana y completamente plana, pero desde el punto de vista contrario, está tan llena de altibajos, elevaciones y socavones, que parecería que fue esculpida por la caprichosa mano de un gigantesco titán que hubiese jugado a apretujar y amasar la tierra como lo hubiera hecho un niño jugando con arcilla.

El escenario y su atrezo ya están montados. Pasemos ahora a los actores.

En cuanto a la humana fauna que puebla tan peculiar lugar, sólo se puede decir que es tan variopinta como lo es el recinto que los acoge.

Unos están alrededor de un orador que, subido a una silla y haciendo equilibrio sobre un solo pie, suelta una perorata sobre algún tema, profundo o banal, lo mismo da.

Otros escuchan a un músico callejero que toca una guitarra sin cuerdas, o a un poeta que recita un poema sin palabras.

Algunos discuten entre ellos en un acalorado debate, por momentos de manera aséptica y ordenada, con pasión, pero respetando, disciplinados, cada uno su turno de palabra, por momentos hablando a gritos todos al unísono para crear una molesta cacofonía.

Otros simplemente van y vienen, de acá para allá, o de allá para acá, unos cuantos a las prisas y sin mirar a su alrededor como hormigas concentradas en su labor; y, otros cuantos, paseando lentamente y saboreando a cada paso del canto de los pájaros, la forma de cada hoja, de cada flor, su aroma y fragancia, su dulzura y su frescor.

Yo estoy en medio de la plaza, observando atentamente y en silencio a cada persona que viene y va.

Y sonrío para mis adentros cuando me percato de que todas esas personas soy yo, y que esa plaza es mi vida.

Me he reinventado a mí mismo tantas veces que a veces me cuesta reconocerme entre el gentío que día a día he ido siendo, cada hora, cada minuto, hasta el punto de que a veces me pregunto quién soy yo entre todos los que veo, si quedará algo de mí entre tanto revuelo de gente que va y viene.

Y me rio de sus conversaciones:
 
- Hola yo, soy Yo.
 
- Hola yo, ¿cómo Yo por aquí?

 
- Yo no soy tú, yo soy Yo, tú eres mi yo de ayer.

 
- No, tú no eres Yo, eres mi yo de mañana, que puede al mismo tiempo ser cualquiera, ser todos y no ser nadie.

 
- Eso no tiene sentido.

 
- Tiene el sentido de que eres las decisiones que aún no he tomado, los caminos que aún no he transitado, los que elegiré transitar, y también la posibilidad de los que no elija, como un acertijo de lo que aún está por venir.


¿Soy yo realmente alguno de ellos? ¿Queda algo de mí mismo en mí mismo? ¿Soy la misma persona hoy, que está parada aquí y ahora mirando a su alrededor, que la que fui ayer y que veo deambular por los aledaños de esa plaza, con otra ropa, otro aspecto, incluso otra cara diferente?

¿Cuántos yoes puede albergar mi Yo antes de reventar de excesivo crecimiento demográfico?

A veces me gusta esta ruidosa reunión, me gusta discutir con mis otros yoes, aunque la discusión no siempre sea placentera ni civilizada, aunque me entren psicópatas ansias asesinas y deseos de estrangular a mis contertulios, que no son otro que yo mismo, pero, que, incluso en ese extremo caso, no deja de ser divertido.

En otras ocasiones, desearía borrar de la faz de la Tierra, o al menos de esa plaza que es mi mente, todo rastro de vida, todo rastro de mis otros yoes, y quedarme solo Yo, en silencio, desnudo, tumbado en la tierra fría en posición fetal, sin que nadie me moleste ni perturbe ese placentero estado de paz, tan próximo al estado de sueño o el de su hermana gemela, la muerte.

Pero, ¿quién piensa ésto? ¿quién desea ésto? ¿quién desea la paz en un momento, o la guerra en el momento siguiente? ¿cuál de mis yoes es el que puedo considerar verdaderamente mi propio Yo?

¿Soy la circunstancia casual que en un momento determinado hace ir por un camino en vez de por otro? ¿Soy el camino? ¿O soy los pies que lo caminan? ¿Qué hay de mí en todo ello? ¿O acaso estoy más allá de todo ésto? ¿Soy un ente inmutable, al margen de sus circunstancias, o soy la suma de las mismas?

Decía el sabio que el todo es mayor que la suma de sus partes. Si esto fuera cierto, he de suponer que yo soy más que la algarabía de mis yoes que en la plaza se congrega, sería todos ellos sin ser ninguno de ellos en concreto. Sería la síntesis de la tesis y la antítesis. Sería la catarsis hecha carne.

¿Quién sabe? Si tuviera respuesta a esta pregunta, tendría el secreto de la existencia humana.

Mientras no tenga respuesta, seguiré en el centro de la plaza, observando a todos mis yoes que a mi alrededor deambulan.

Deseando, por momentos, esa feliz algarabía. Y, por momentos, la paz del silencio absoluto. Sin saber nunca quién desea una cosa o la otra.


37 comentarios:

  1. Fabulosa reflexión... son esas conversaciones intimistas... Flujo de la conciencia, debates que nos llevan a pensar sobre quién soy?? Adónde voy?? Estaré aquí mañana??
    La plaza de nuestra mente con todos y cada unos de nosotros mismos en perfecta algarabía vital.

    Mil besitos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tus palabras, amiga Ana María. En efecto, somos una algarabía vital de voces que, a veces, nos dicen que tomemos caminos contrarios. Imagino que el secreto de la felicidad debe estar en armonizar esas voces disidentes, saber conducirlas por el término medio del equilibrio interior.

      Muchos besos.

      Eliminar
  2. Impresionante. Me ha encantado. Yo estoy con tu última reflexión, que somos más que toda esa algarabía. Estoy convencida de que estamos limitadísimos por el modo en que manejamos nuestras circunstancias y que en realidad sabemos y somos más allá de nuestra conciencia.
    Besos y enhorabuena por este sabio, filosófico y descriptivo texto tan bien escrito :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, jefa. Decía Gustav Meyrink que, cuando nos planteamos una pregunta, esta queda respondida en nuestro interior automáticamente, pero no seremos conscientes de la respuesta hasta que estemos preparados para aceptarla. Imagino que ese "alguien" que nos responde desde nuestro interior es nuestro verdadero Yo, más allá de las circunstancias que lo aplastan y lo deforman.
      Besos, y feliz lunes y feliz semana.

      Eliminar
  3. Nuestra mente en su más incesante e inquietante laberinto de pensamientos y preguntas. Y me parecen fascinantes esos viajes a nuestro yo, o yoes internos… Es en ellos donde descubrimos las mejores respuestas, aun cuando muchas ellas no dependan de nosotros, y sean por siempre una incógnita como lo es la vida misma. Así que como muy bien dices, debemos estar ahí, sin dejar de observar, siendo y sintiendo, y enriqueciéndonos a cada paso…

    Me encanta que me incites a la reflexión, mi querido Alfredo… Lo haces maravillosamente!! ;-)

    Mil Bsoss y feliz semana, amigo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, mi queridísima Ginebra, por tus palabras. Ya sabes que el sentimiento es mutuo, pues tús letras también me incitan a la reflexión. Y es que, al final, ese proceso de reflexión es lo único que nos quedará, lo que nos definirá de alguna manera cuando nada más nos quede.

      Muchos besos, y feliz lunes y feliz semana, amiga mía.

      Eliminar
  4. Somos tantos dentro de cada uno.
    Y muchos más son los que hemos sido.
    Nos multiplicamos en años, lugares, recuerdos y sueños.
    Somos infinitos y sin embargo, desapareceremos.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y menos mal que desaparecemos, porque si no ya hubiésemos tenido que emigrar de planeta hace rato.

      Saludos, amigo Toro.

      Eliminar
  5. Excelente reflexión, Alfredo. Me vi reflejada de una forma brutal, alguien me dijo una vez que yo era muchas yayoncitas en una Yayone y es totalmente cierto, en la infinidad que alberga un ser y la mente parcelas constantemente en pensamientos.

    Maravilloso, mi querido hermano.

    Besitos, todos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, mi querida amiga Yayone. Eso es lo mejor de compartir estas reflexiones, el darte cuenta de que no eres el único que se siente así.

      Muchos besos.

      Eliminar
  6. la verdad que yo también en algún momento sobro de este círculo.....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para nada, en este círculo ya hay tanta gente que uno más no importa... Eso sí: ¡Y DOS HUEVOS DUROS!

      Eliminar
  7. Esa dualidad que a todos nos asalta en algún momento...Un interesante texto.
    Me gusto visitar tu espacio.
    Un saludo afectuoso.
    Reme.

    ResponderEliminar
  8. Excelente blog, gracias por escribir!!

    ResponderEliminar
  9. Yo hace tiempo que me miro al espejo y ya no sé quien soy. Ante me aburría de ser siempre yo...pero ahora...después de la cantidad de diálogos que tengo conmigo misma he llegado a la conclusión de que es una algarabía.

    Y la algarabía exterior...ese barullo, ese ruido,ese jaleo...es el síntoma de que estamos vivos ¿y quien quiere morirse? ¡yo no!

    Un beso.

    P.D. Leerte es alimentar las neuronas.
    Y la palabra algarabía me parece preciosa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo mejor de todo es que, personalmente, creo que la conciencia de la muerte, de nuestra finitud, de nuestra transitoriedad en nuestro efímero paso por esta vida es lo que nos hace estar más alerta a todos esos diálogos interiores que, de otra manera, quizá, y por desgracia, pasarían desapercibidos.

      Muchísimas gracias, Marián, por pasarte, leer y comentar.

      Besos.

      Eliminar
  10. Tú en tu banco junto al mar, yo en mi plaza arbolada, seguro que alguna vez nos habremos cruzado, pues ni tu banco ni mi plaza saben estarse quietos, de tantos que son y van siendo.

    Eres una mujer continuamente discontinua, y en tu discontinuidad hay una cabal locura y una cordura demente que es adorable, pues todo lo cura, desde la más leve dolencia del alma hasta el peor de los males de la mente.

    ResponderEliminar
  11. Cuando recuerdo cómo era de joven casi no me reconozco...
    Quizás en la plaza esté tu Yo del futuro observándote en tu Yo presente, y quizás piense que te hacías muchas preguntas y que con la edad quizás la respuesta sea "¡Qué más da!"
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que sí, Clara, pues sin duda alguna la edad da más perspectiva, se ven las cosas desde fuera del ojo del huracán de la, llamémosla, juventud, aunque dicha juventud fuera ayer mismo.
      Besos.

      Eliminar
  12. Esa algarabía la siento yo cada día en mi interior desde hace muuucho tiempo.
    Como una jaula de grillos.
    Será que estamos vivos por dentro.

    Da para pensar esta entrada...

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí señora, estamos vivos por dentro, y además, estar vivos significa ir cambiando cada día, evolucionando, no tanto ser como ir siendo sucesivamente, puesto que no somos una afirmación taxativa ni una verdad axiomática.

      Besos.

      Eliminar
  13. Hola! Me ha gustado mucho tu relato, yo también pienso a veces que somos fruto de las decisiones que hemos tomado en el pasado, y que nunca sabremos si realmente fueron la mejor opción. Todos somos muchas cosas, pero solo una al mismo tiempo. Tengo un blog de reflexiones y pequeñas historias, te dejo el enlace para que te pases a leerlo!;)
    http://mimundoymisideas.blogspot.com.es/2016/05/viejos-y-sabios-mudos.html
    Saludos
    Neus

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Neus, por pasar y comentar. Me pasaré por tu blog, no lo dudes.
      Saludos.

      Eliminar
  14. "Me he reinventado a mí mismo tantas veces que a veces me cuesta reconocerme entre el gentío que día a día he ido siendo, cada hora, cada minuto, hasta el punto de que a veces me pregunto quién soy yo entre todos los que veo, si quedará algo de mí entre tanto revuelo de gente que va y viene"

    Somos un arcoiris en una plaza repleta de mentes...
    "Esealgo" cuya alma hecha esencia sólo se contempla de forma puntual.
    Por eso cuando los elementos se alinean y el milagro se da nuestra sonrisa danza.

    Pero en el fondo, para qué engañar eso pasa como halley, cada "X" tiempo y co. Distinta intensidad.

    Mi abrazo a ti entre el gentío
    A tu luz

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, amiga mía.

      Somos un arco iris, y somos todos y cada uno de los colores que lo conforman, y somos la luz blanca del que parte cada uno de ellos, y somos el prisma que produce tal efecto, e incluso somos la fuente primigenia de dicha luz.

      Abrazos de toda la gama de colores.

      Eliminar
  15. Somos tan duales a veces, tan distintos en cada situación, cuando creemos vamos a actuar de una manera y luego lo hacemos de otra que incluso pareciera nos desconocemos y aunque lo diga en plural , lo digo por mí.

    Y es que crees ser débil ante algo que tienes afrontar pero es tal la fuerza de nuestro interior que logramos salvar metas cuando crees es imposible.

    Yo me veo de tantas maneras, a veces, como una niña indefensa, otras veces como una mujer sin derrota frente a la vida y alguna vez me derrumbo cuando veo me quedo sin aliento pero em el último instante levanto la cabeza y ...

    La verdad es que tu entrada da para comentar bastante porque es muy interesante y reflexiva y me ha gustado mucho, ya te la había leído.

    Escribir desde un teclado de movil no es fácil para mi pero no quiero quedarme sin comentar todas tus entradas, luego desde el pc te comento la última que no sabia habías publicado.

    Mil gracias por existir en el mundo bloguer hace faltan blogs como los tuyos a mi es que me encantan los temas reflexivos y de debate, en el mío de mi mio de cristal trataba de temas de reflexión pero es imposible para mi dar mas de sí y lo tengo durmiendo desde hace tiempo.

    Un beso muy grande, amigo mío.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, mi querídisima amiga María, por tus palabras. Y no te preocupes, que comprendo perfectamente que cada cual tiene su tiempo y lo gestiona como puede. Yo mismo también estoy últimamente pasando por aquí menos de lo que debería, porque también ando ocupado con cosas de la vida cotidiana. Pero, desde luego, siempre es un placer volver y leer y charlar con los amigos de la blogosfera, personas como tú, a la que admiro tanto.

      Besos, amiga de mi corazón, y feliz fin de semana.

      Eliminar
  16. Me gusta leerte aprecio tus palabras y tu forma de escribir cuando te leo
    Gracias por compartir lo que sientes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por pasar por aquí, por leer y por comentar. Serás bienvenida cada vez que te pases por este, mi pequeño rinconcito. Nos leeremos mutuamente.

      Saludos, y feliz fin de semana.

      Eliminar
  17. Tienes una manera peculiar de escribir, y la idea de tu pequeño relato me ha parecido impresionante. Quizás me gustaría estar ahí, en la plaza. Quizás no... Es la pregunta que aún intento resolver después de acabar la lectura.

    ¡Nos leemos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, pues quizás nos veremos en esa plaza. O quizás no... En cualquier caso, ten por seguro que nos leemos.

      Abrazos.

      Eliminar
  18. interesante punto , somos y a la vez cambiamos y al final recuerdos vagos (en el mejor de los casos)

    buen comienzo de semana

    ResponderEliminar
  19. Definitivamente siempre nos haces pensar, en nosotros, en la vida, en el presente, en el pasado, en quienes somos y la razón de que seamos así. De todo un poco. Gracias por compartir tus letras. un abrazo

    ResponderEliminar