sábado, 9 de abril de 2016

AMOR CORRESPONDIDO (2)




La bala entró en el cráneo del suicida.

Y al chocar contra el hueso

y deshacerse en mil pedazos,

la bala y el cerebro se hicieron uno.

Y la bala comprendió al suicida,

y el suicida comprendió a la bala,

y se amaron fugazmente
 
en esa milmillonésima de segundo,

antes que la vida los abandonara

definitivamente a ambos.

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