sábado, 9 de abril de 2016

EXTRAÑAS AMISTADES




"Abrázame", le dijo araña a la mosca, "que estoy necesitada de cariño, pues desde que me comí a mi esposo estoy sola en el mundo".

¿Y qué creeréis que pasó? Pues que la mosca fue y un abrazo a la araña le dio.

Pero, inexplicablemente, en este caso ninguna de las dos murió.

Ambas a su propia naturaleza inexplicablemente sobrevivieron.

Hoy, mucho tiempo después del suceso, ya son viejas amigas que se reunen cada martes para tomar el té, y conversar sobre su extraña amistad.

La araña le cuenta a la mosca qué fue lo que falló en su vigesimoquinto matrimonio, y por qué también tuvo que comerse a ese marido.

La mosca, a su vez, le cuenta que encontró un excremento de aroma exquisito en el cual le place retozar, haciéndola extremadamente feliz y no necesitando nada más de la vida.

Y así, esa larga eternidad se prolongó... Al menos durante 24 horas más.

¿Dije acaso que mucho tiempo más había durado su amistad? Por supuesto, pues el tiempo es relativo.

En cuanto a lo de que se veían cada martes, ¿quién sabe cómo organiza una mosca su díptero calendario? Yo tan sólo lo he transmitido tal cual me lo contaron a mí...

¿Y que quién me lo contó? Pues una mosca precisamente fue, que ella a su vez de otra lo escuchó.



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