domingo, 10 de abril de 2016

YA ES HORA





La luz del sol me impone férrea dictadura
las horas marca de mi voluntario encierro,
y sé que mi actuar no es necedad ni yerro:
digan lo que digan, yo sé que no es locura.

Ya es hora de volverme a mi ataúd.
Ya es hora...
Ya es hora...
Ya es hora de volverme a mi ataúd.
Ya es hora...
Ya es hora...

Me dicen que esto no es más que otro delirio
que motivos no tengo para así encerrarme,
que el carro de Apolo no va a quemar mi carne.
¡Qué sabrán ellos del lumínico martirio!

Ya es hora de volverme a mi ataúd.
Ya es hora...
Ya es hora...
Ya es hora de volverme a mi ataúd.
Ya es hora...
Ya es hora...

Un día en un manicomio encerrado me vi.
Y el psiquiatra insistía en llamarlo fotofobia
por algún trauma reprimido en mi memoria.
¿Pensaría lo mismo mientras su sangre me bebí?

Ya es hora de volverme a mi ataúd.
Ya es hora...
Ya es hora...
Ya es hora de volverme a mi ataúd.
Ya es hora...
Ya es hora...

Llegada ya es la hora de volverme a mi ataúd
huyendo de la luz del mal día que amanece.
La sombra de la noche ya por fin se desvanece,
condenándome el alba a sedienta esclavitud.

Ya es hora de volverme a mi ataúd.
Ya es hora...
Ya es hora...
Ya es hora de volverme a mi ataúd.
Ya es hora...
Ya es hora...

2 comentarios:

  1. Recién salgo de mi ataúd y te leo.
    Es una buena manera de comenzar el día.
    Escribes muy bien.

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